Un gran maestro
Poco se habla de los buenos maestros, de los que viven su trabajo y disfrutan enseñando. En el artículo "Un maestro excepcional" , publicado en El País, habla sobre un gran maestro, catedrático y crítico de Arte, Francisco Calvo Serraller. En su carrera profesional siempre alardeaba de que enseñar era su razón de ser y lo que más le hacía sufrir, convirtió esa vocación en el maestro soberbio que sabía contagiar su pasión a los alumnos. En el artículo nos dice que solía empezar sus clases de forma canónica, recordando que el arte es una invención de los griegos, que sólo reconocían al artista en aquel que imitara el mundo sensible, pero para trascenderlo y así alcanzar la belleza ideal. Francisco Calvo decía que el arte es la vida, abre puertas porque tiene en la transversalidad su gran virtud: no es algo encerrado en sí mismo, sino que se contamina de todo cuanto forma parte de la vida y a ella se refiere constantemente. De esta forma de explicar el alumno descub